Me apasiona ir a entrenar cada día, compartir vestuario con mis compañeros, y sobre todo, adoro competir
La valentía y determinación. La valentía se entrena en
los jóvenes futbolistas, debes hacer lo que sabes hacer. Ser creativo,
equivocarte, explorar, volver a equivocarte, ser perseverante, tener
personalidad a la hora de jugar, determinación a la hora de ir por el
balón, no tener dudas nunca… ¿qué puede pasar? ¿perder el balón? pues
hazlo, qué más da, sigue intentándolo, porque si lo ganas sabrás cómo se
llega al éxito.
Me apasiona ir a entrenar cada día, compartir vestuario con mis compañeros, y sobre todo, porque adoro competir
Aprender y mejorar cada día. No te imaginas lo que
puedes aprender de cada uno de tus compañeros, de los entrenadores,
preparadores físicos, médicos, fisioterapeutas, utilleros, incluso de
los empleados de club que te rodean cada día. Éste es uno de los valores
a los que das menos importancia, ya que eres joven, pero a lo largo de
los años aprenderás que adquiere mucho valor después de toda una carrera
profesional.
Esfuerzo y generosidad. El jugador que lo da todo, no
esta obligado a más, y uno siempre sabe cuando lo ha dado todo y cuando
no. El éxito no está en ser bueno, sino en ser el mejor. Tampoco está en
ser excepcional, sino en hacer las cosas de forma excepcional.
Debes estar centrado en tu trabajo. En este mundo
movido en ocasiones por demasiados intereses, tienes que estar muy
centrado en hacer bien tu trabajo. Ser el mejor en cada entrenamiento,
trabajar un equilibrio nutricional con un especialista, cuidar tus
músculos y articulaciones con un especialista, descansar bien cada día,
llevar un modo de vida saludable y equilibrado. Haz todo lo que depende de ti, sé muy riguroso
en tu trabajo y cumple con tus obligaciones.
Retos y objetivos. Es fundamental que un jugador cada
temporada tenga sus propios retos y objetivos, al margen de los
objetivos del equipo y el club al que pertenece. Objetivos como: jugar
38 partidos titular, marcar 8 goles, prevenir lesiones, ir convocado con
la selección… etc. Tienes que soñar por alcanzarlos, ya que si no nos
marcamos objetivos, difícilmente podremos cumplirlos y mucho menos
mejorar.
Equilibrio personal. Si logras conseguirlo esto se va a
ver reflejado en el campo. Un jugador que desea rendir al máximo nivel,
tiene que estar bien consigo mismo, con confianza, bien con su familia,
en su hogar, con sus amigos, con su pareja, y con todo aquello que le
rodea. Si tienes algún problema, busca arreglarlo priorizando los que
más te preocupan, verás cómo se nota en el campo.
Disfrutar y fluir La mejor sensación que puede experimentar un futbolista es la de
gustarte. Te sientes espectacular en el campo, sabes que te van a salir
las cosas, disfrutas con cada toque de balón, y lo haces sin pensar,
dejándote llevar por los lances, el disfrute y la acción.
La inteligencia emocional y la capacidad de comunicación.
La inteligencia emocional de una persona te permite alcanzas retos,
metas y objetivos, relacionarte con los compañeros, entrenadores y
rivales de forma exitosa, expresarte en público y en el terreno de
juego, en definitiva, ser un animal social en potencia.
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