La calidad de los rivales, la inexperiencia, los errores defensivos o la falta de puntería son algunas de las causas que han hecho que el segundo proyecto en Segunda B del Yeclano termine con otro descenso de categoría. El Levante B fue el verdugo en un encuentro enormemente vibrante que terminó en empate pero donde los de Ramón Florit merecieron ganar a base de buen fútbol.
Un punto que no era suficiente para seguir manteniendo vida de cara a estos últimos tres partidos de liga. El déficit de puntos ya es insalvable en un curso que se encaró con la humildad y las estrecheces económicas como protagonistas, con una apuesta firme por la sensatez y por los jugadores canteranos que asegura la supervivencia del club en el futuro, pero que no ha alcanzado el sueño de seguir en la categoría de bronce del único conjunto murciano capaz de dar el salto desde Tercera a Segunda B en los terrenos de juego en los últimos tres años.
El encuentro se inició con el mismo escenario que en buena parte de los partidos disputados en casa. En el minuto 5 se adelantó el cuadro levantinista en una jugada a balón parado que prolongó Alfredo Ortuño y Mossa finalizó.
Tras el tanto el Yeclano se mostró sin complejos, liberado de cualquier presión clasificatoria fue capaz de hilvanar jugadas de mérito y de pisar el área con mucho peligro. En la segunda parte el esquema del partido se mantuvo, con un Yeclano que llegaba con claridad, pero sin acierto. Hasta que en el 55 Cheikh igualó el partido en una jugada a balón parado. Con el empate la insistencia de los Altiplano se mantuvo, y la remontada llegó en el 76 en un centro por la banda de Joan Sánchez que remató Pascui.
Pero seis minutos después en otra jugada a balón parado Rubén Fonte disipó la alegría de la parroquia local y devolvió las tablas al marcador en un nuevo error defensivo. Un tanto que dejó tan gélido como la temperatura ambiental a los yeclanos y que provocó el descenso matemático a Tercera.
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